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El endurecimiento de los requisitos
académicos para obtener una beca ha provocado un pico, pero los
abandonos siempre han sido numerosos
Conseguir
una beca cuesta sangre, sudor y lágrimas. Los nuevos requisitos
académicos para mantener las ayudas de estudio, mucho más rigurosos por
obra y gracia del ministro José Ignacio Wert, han sido como una
guillotina que ha cortado el vínculo de 1.349 estudiantes con la
Universidad de Málaga, ya que no superaban las notas mínimas exigidas y
no disponen de medios para hacer frente al pago de la matrícula, sin
ayuda. Sin embargo, esta situación no representa más que un pico, ya que
desde que comenzó la crisis, son muy numerosas las matrículas que son
archivadas por la UMA por impago.
Los pronósticos que la
institución académica malagueña hacía al principio del curso se han
cumplido, por desgracia. Entonces, el vicerrector de Estudiantes, Juan
Antonio Perles, apuntaba que unos 1.500 alumnos se quedarían sin beca,
un 14% de los alumnos que el año anterior habían estudiado becados por
el Ministerio de Educación.
Pero, a tenor de las cifras aportadas
por la Secretaría General de la UMA, los nuevos criterios para la
obtención de becas no han sido tan decisivos como en principio podría
pensarse. Desde que comenzó la crisis, la UMA ha archivado un total de
6.099 matrículas por impago. La evolución es significativa. Si este año
han sido 1.349, en el curso 2011/12 fueron 1.295, apenas medio centenar
menos, cuando los criterios académicos para la obtención de becas eran
mucho más flexibles. Incluso en el curso 2010/11, esta cifra alzanzó los
1.315 alumnos que dejaron sus estudios. El salto importante se aprecia a
partir del curso 2008/2009, el primero de la crisis reconocida, cuando
se produjo el abandono de 873 estudiantes.
Perles señala, pese a
todo, que esta estadística no contempla los datos de fracaso académico,
es decir, cuántos alumnos se arrepienten de estudiar la carrera a la que
se han apuntado, «porque se dan cuenta que no es lo suyo o no es lo que
esperaban», pero no dejan la Universidad, sino que al año siguiente se
matriculan en otra titulación. Estos alumnos, por tanto, no perderían su
vínculo universitario, aunque dejan de pagar por una titulación que
finalmente no va a estudiar.
Ante esta situación, el vicerrector
de Estudiantes de la UMA explica que la institución académica malagueña
está estudiando llevar a cabo una estrategia para «mitigar este impacto»
de cambios de titulación. «Todo puede pasar por llevar a cabo una mejor
orientación a los estudiantes antes de que hagan sus reservas de
matrícula», señala.
No obstante, este gran número de abondonos
«tiene que ver íntimamente con la crisis», dice Perles, «aunque estamos
por vivir el punto de inflexión». El vicerrector de Estudiantes sostiene
que lo peor está por llegar, toda vez que cuando terminen los exámenes
de junio y salgan las notas, muchos alumnos no habrán cumplido las
exigencias impuestas y deberán devolver el importe adelantado.
Aunque
la Universidad está atada de pies y manos y su acción es francamente
limitada, Juan Antonio Perles muestras su voluntar por querer
«adelantarse». «Nuestras ayudas al estudio han estado pasando por
complementos a las bécas de régimen general que concede el Ministerio y
cabría la posibilidad de hacer coincidir los plazos de solicitud,
entendiendo siempre que los aspirantes siempre van a recurrir a ellas si
les es denegada una beca por motivos académicos», explicó el
vicerrector. «Así no habría que esperar a marzo» y el alumno sabría con
más garantías y antes si va a contar con financiación. «Todo esto está
en el laboratorio», concluye.
http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/07/14/6100-alumnos-han-dejado-uma/602755.html
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