Independientemente del resultado de la larga jornada según los diversos puntos de vista, la interiorización por parte de la clase trabajadora de la huelga como instrumento de lucha a pesar del trabajado esfuerzo propagandístico que la reacción ha desplegado en contra de sindicatos mayoritarios, y por extensión, de toda organización por parte de los trabajadores contra el enésimo ataque a su misma supervivencia, supone un paso adelante a reconocer.
Pero ninguno de estos pasos por parte de la clase trabajadora y de los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Málaga y del PCPE de Málaga puede entenderse sin el reconocido esfuerzo de llamamiento a la huelga general de las semanas anteriores.
El Colectivo de Jóvenes Comunistas asume que la lucha obrera no es una cuestión de los pocos afortunados que hoy día siguen siendo llamados a filas por el patrón en la cada vez menguante maquinaria de explotación, los estudiantes no son mas que los futuros asalariados deseando encontrar un hueco en el que recibir su propia dosis de miseria, de contratos basura, de horas extra sin pagar y de sueldos ridículos que dan lo suficiente para poder seguir viviendo en la casa familiar.
Entender esta condición de clase no es tarea sencilla para una juventud desarraigada, que sabe que su futuro pende de un hilo (o del próximo recorte que lo mandará fuera de la educación privatizada y directo al paro) y por ello resulta mas que necesario la labor de agitación de las semanas previas a la Huelga General.
La necesaria campaña previa de agitación y propaganda supuso el arranque pertinente de cara a una huelga general que comenzaba con cierto gusto amargo por la aparente poca decisión de algunos sectores sindicales.
Como viene siendo habitual, la organización y disciplina sumaron no pocos elogios en esta campaña, que permitió concienciar a lo largo y ancho de Málaga de la necesidad de luchar el 14-N.
Pancartas desde la universidad hasta los barrios mas populares de Málaga.
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