JOSÉ MANUEL GÓMEZ. MÁLAGA Cada año son más los que persiguen el ´sueño funcionarial´. Un empleo fijo en la Administración pública, un sueldo que siempre llega con puntualidad, unas vacaciones amplias y un horario que permite conciliar la vida laboral con la familiar son un lujo por el que muchos se sacrifican durante años de clases, estudios y desembolsos considerables.
Ahora, la crisis económica lo ha puesto todo aún más difícil, ya que la oferta de empleo público para este 2009 se ha visto reducida y la competencia para ingresar en las filas del funcionariado se ha endurecido. Los opositores han aumentado su número notablemente y cada día las academias preparatorias reciben a más interesados en enfrentarse al arduo camino hacia el funcionariado.Opositores. "El número de personas que acuden a informarse a nuestros mostradores se ha duplicado", asegura Cristóbal González, administrador de CPO (Centro Preparador de Oposiciones), que añade que esos interesados "suelen terminar apuntándose a las clases".
Belinda Roda, profesora de esta misma academia, señala además que "han llegado muchos nuevos alumnos en febrero y en marzo, cuando los cursos están ya muy adelantados, algo inusual y que otros años no ha ocurrido".
Un hecho resulta, además, especialmente relevante; según José Sierra, gerente del centro de estudios Keops-Kefren, debido a los enormes índices de paro "también ha aumentado el número de personas de entre 35 y 45 años que se ha lanzado a opositar".
Por otra parte, otra nueva tendencia se está asentando: los jóvenes que, al terminar el bachillerato, optan por prepararse unas oposiciones y aparcar otro tipo de estudios como son los universitarios.Según Jesús Ayala, profesor de CPO, las claves están en que "en el sector público nadie se hace rico, pero en el privado los trabajadores tienen mucha menos seguridad y calidad de vida y muchos menos derechos reales".Crisis cíclicas. Jesús Ayala ha pasado los últimos diecisiete años preparando a opositores y, haciendo referencia a la pasada crisis, la de los primeros años noventa, y a la que hoy estamos viviendo, señala que "desgraciadamente, las crisis son cíclicas y el tener un empleo público asegura una estabilidad casi total ante cualquier depresión económica".
Óscar Ramos es opositor y lo tiene muy claro: "Soy periodista, pero en este momento estoy en el paro y me he propuesto cambiar el rumbo de mi vida y luchar por hacerme con un puesto fijo que nunca pueda perder". Las academias preparatorias reciben a personas de todos los ámbitos sin excepción: Almudena Meléndez es economista, pero asegura que se ha decidido por opositar porque "una de las pocas maneras de conciliar la vida profesional con la familiar es trabajar como funcionaria".
Preparar oposiciones supone a menudo un enorme esfuerzo en todos los aspectos. "Hay que estudiar muchísimas horas y el temario es amplio, feo y muy denso", afirma Jorge Martín, que compagina sus estudios con trabajos temporales de todo tipo porque asegura que "la vida del opositor es cara, hay que pagar cursos y horas extra y además adquirir material".
Menos ofertas. A la dureza habitual de la vida del opositor hay que sumar ahora los efectos de la crisis económica, que ha propiciado que la oferta de empleo público que el Gobierno ha ofrecido este año haya sido muy austera.
Los opositores a la Policía Nacional son los que se han visto más afectados por la situación. Las 5.000 ofertas de empleo que salieron a concurso para este cuerpo en 2008 se han visto este año reducidas a 1.949. Los administrativos tampoco están de suerte, mientras que el Estado ha pasado de ofrecer 1.700 plazas a 1.140, la Junta de Andalucía en 2008 ofreció 794 plazas que en 2009 se han quedado en 150 y, en el campo de los auxiliares, hizo lo propio con 396 que se han quedado en 75 escasos puestos libres.
En este ámbito, sorprende especialmente el caso del Ayuntamiento de Málaga, que no ha convocado plazas de auxiliar administrativo este año y cuya última oferta de estos puestos data de 2005.Sin embargo, a pesar de estas grandes caídas, otros sectores han salido mejor parados. La Junta ha convocado 6.009 plazas de maestros de Infantil y Primaria cuando en 2008 no hubo convocatoria en Andalucía y, en el ámbito de los trabajadores de Justicia, aunque se ha experimentado un descenso notable, no ha resultado tan traumático, de 5.382 ofertas se ha pasado a 2.503.
Eso demuestra las pocas ganas que tiene la gente de trabajar para una empresa privada, temiendo por el despido constantemente.
ResponderEliminarY las empresas que preparan para las oposiciones hacen su agosto en plena crisis.
Hay que acabar con el capitalismo.
Pese a las pocas plazas, opositar en busca de un empleo público sigue siendo la mejor opción para encontrar solución al desemplo. Trabajar en el Estado implica estar en posesión de una labor casi de por vida, algo importante en estos tiempos de crisis económica donde reina la inestabilidad laboral.
ResponderEliminar