martes, 3 de febrero de 2009

"El AVE que secó Abdalajís"

La construcción del Tren de Alta Velocidad en distintos puntos de España ha generado muchas polémicas. El documental titulado "El AVE que secó Abdalajís" explica uno de los casos más penosos.



Sucedió hace 3 años, cuando se perforaba la sierra malagueña del valle de Abadalajís para construir dos túneles de la línea Málaga-Córdoba. Las obras reventaron el acuífero lo que provocó una gran fuga de agua, los manantiales se vaciaron y este pequeño pueblo, el Valle de Abdalajís, se quedó secó.

El Valle todavía no se ha repuesto del desastre. Su alcalde dice con sorna que "parece que nos ha mirado un tuerto", porque el pueblo tiene una historia larga de abandono y precariedad, pero nunca había tenido problemas de agua. De hecho, era muy conocido con el sobrenombre de Villa de los Manantiales, por sus 5 fuentes de aguas abundantes y cristalinas. Una vez iniciadas las obras, se supo que el "pinchazo" del acuífero ya se apuntaba en el proyecto de este tramo de la Alta Velocidad entre Málaga y Córdoba. Pero todo indica que fue mucho más grave de lo previsto, ya que los dos túneles, hoy a pleno rendimiento, eran ineludibles y se descartaron otros trazados.

La reacción de la gente del Valle de Abdalajís, un pueblecito de escasamente 3.000 habitantes, fue organizarse en la Plataforma Pro-manantiales. Exigieron información y respuestas, que primero tendían a asegurar que se sellaría la fuga pero que, actualmente, consisten en asegurar que el agua que se escapa se canalice para el uso doméstico y para recuperar los manantiales. Adif y el ayuntamiento también trabajan para que el suministro a través de cubas deje de ser el sistema de abastecimiento del agua necesaria para el pueblo, así como otras actuaciones para compensarlo.

Ganaderos, regantes, todos los usuarios han aceptado más o menos con resignación la nueva situación. Por su parte, la Plataforma pro-manantiales no ceja en su denuncia de los incumplimientos de las administraciones y insiste en pedir la recuperación efectiva de los manantiales. Igualmente, mantienen su denuncia a la fiscalía de Málaga.

Esta es otra historia que pone sobre la mesa el dilema de la conservación frente a la modernidad. En este caso, una vez más, todo indica que la filosofía fue que "el fin justifica los medios"

2 comentarios:

  1. El progreso del hormigón, es la destrucción del medioambiente, que protegiendolo progresamos más inteligentemente, que parecemos tontos, por un gran beneficio económico nos comemos sus prepotencias y por mis cojones lo hago, esto está proyectado hacerlo, la misma cagada, digo, por mis cojones, en el pais vasco, con el TAV, y de hecho, para seguir construyendolo tienen que declarar terroristas a los que luchan por que eso no se haga, YA SE SABEN LAS CONSECUENCIAS Y NO SE PUEDE HACER, pues por sus cojones todos en la carcel y el TAV funcionando, y VIVA EL PROGRESO y la REPRESIÓN CLARO!!!
    Que asco de governantes...puag...

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  2. El bonito mito del paraíso terrenal, del árbol de la ciencia y de la expulsión (con su ángel de espada flamígera en la puerta que impedía el retorno)de Adán y Eva, ilustra muy bien la angustia que genera el conocimiento: cuando se conocen las causas ya no se puede retornar al "paraíso" de la ignorancia.

    Si los humanos fuésemos conscientes de que nuestras acciones SIEMPRE tienen consecuencias y que éstas son a veces muy importantes, actuaríamos de otra forma.

    Es evidente que las enormes obras que exige la construcción del TAV no han de ser inocuas en multitud de facetas. Esta vez le tocó la "china" a los acuíferos que abastecían a un pueblo. Hay que exigir que se remedie todo el mal producido y que se indemnice por los trastornos ocasionados.

    Por lo dicho al principio, por poco que se haya "comido" del árbol de la ciencia, se puede pensar que las obras del TAV han de tener graves consecuencias.

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