Los nuevos recortes llegan a la provincia con déficit de infraestructuras, saturación hospitalaria y récord en fracaso escolar
L lueve sobre mojado. El reciente anuncio del Gobierno de un recorte adicional de 10.000 millones de euros en sanidad y educación sobre los ajustes ya recogidos en los Presupuestos Generales, ha caído como un jarro de agua fría en Málaga, una provincia que se enfrenta a este tijeretazo con estos dos pilares básicos del Estado del Bienestar en una situación límite. Déficit de camas hospitalarias, saturación de las urgencias, infraestructuras insuficientes, listas de espera que superan la media andaluza e insatisfacción generalizada entre los profesionales sanitarios por su situación laboral pintan un panorama más que sombrío en el ámbito de la salud.
En las aulas, la fotografía no es mucho mejor. Con Andalucía a la cola de los informes de calidad internacionales como el de Pisa con respecto a España y Europa, una caída en la inversión daría al traste con todos los esfuerzos realizados en los últimos años por mejorar los resultados académicos de los alumnos. Mañana, el ministro José Ignacio Wert se reunirá en Madrid con los consejeros de Educación para perfilar las consecuencias de los 830 millones menos de inversión que se desprenden de los presupuestos, más los 3.000 millones de euros extra de ahorro. En Málaga se habla ya de un descenso de al menos 17 millones. Y eso en una de las provincias donde menos se invierte por alumno, 5.300 euros frente a los 10.000 del País Vasco.
Al margen de cifras, el ministro ya ha desgranado algunas ideas, como su intención de aumentar las horas lectivas de los docentes de 17 ó 18 a 21 ó 22. O de incrementar la ratio de alumnos por profesor. Esto se traduciría en menos grupos por curso que, junto al recorte en las partidas, supondría una reducción en las plantillas de profesorado. El consejero andaluz, Francisco Álvarez de la Chica, ya apuntó esta semana a esta solución, con 15.000 maestros menos, sobre todo interinos. En Málaga, más de dos mil enseñantes se quedarían en la calle y el incremento de ratio llegaría a una de las zonas de por sí con mayor índice.
Abandono escolar
Los sindicatos, la asociación de directores de institutos y los padres estiman que esto repercutirá inevitablemente en la calidad de la enseñanza. Más aún cuando las cifras de abandono escolar temprano -es decir, los jóvenes que se van del sistema sin el graduado en ESO- y de fracaso escolar son de las más elevadas del país. Con más alumnos por maestro y sin desdobles de clase, se acabó una atención más personalizada para atender la diversidad existente en el aula. Según los expertos, volveremos a la clase magistral como hace 20 años, con la diferencia de que entonces el alumnado era homogéneo, pero ahora hay niños de diferentes culturas, circunstancias sociales, lenguas y capacidades.
Una hipotética reducción de plantilla llegaría en Málaga a un sistema en el que se estiman que faltan al menos 300 docentes por el aumento de alumnado, según los sindicatos, y en el que cada año se jubilan otros 200. Por su parte, los padres de los niños con necesidades especiales educativas (NEE) temen que la falta de recursos suponga un paso atrás en su inclusión. Muchos programas, como el de Escuela 2.0 en el que en tres años se han invertido 30 millones de euros en Málaga, directamente desaparecen. Queda en el aire ahora la financiación de otros, como el de los convenios con las escuelas infantiles de 0 a 3 años.
En la universidad, se baraja el aumento de tasas de matriculación en grados y másteres, y Wert ha dejado caer que los Campus de Excelencia como el de Andalucía Tech de la UMA con la Universidad de Sevilla, «están sobredimensionados». Este mismo viernes apuntó a la necesidad de revisar el sistema de universidades y señaló que «hay demasiadas» en España porque «su coste no está compensado con los resultados».
7.000 millones menos
La sanidad pública española se enfrenta a un nuevo recorte de unos 7.000 millones de euros que se suma al ajuste establecido en los Presupuestos Generales, de donde desaparecen el Plan de Salud Bucodental y el Plan Nacional sobre Sida. Aunque el Ejecutivo no ha detallado aún cómo se llevará a cabo, los colectivos implicados apuntan a una posible reducción de la cartera de servicios, con la eliminación de determinados tratamientos e intervenciones. También se prevé, tal y como apuntó el ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, el copago sanitario para las rentas más altas.
En cualquier caso, este tijeretazo llega con una sanidad pública deficiente en numerosos aspectos. Los malagueños tienen el triste honor de ser los andaluces que más esperan para operarse -una media de 60 días-, y para la primera consulta con especialistas -49 días, empatados con los sevillanos-. También son los que disponen de un menor número de camas hospitalarias -1,71 por cada mil habitantes-, según se desprende del Catálogo Nacional de Hospitales 2010. En contrapartida, cuentan con el mayor número de camas en centros privados de la región, según la Fundación Ciedes, que considera que se necesitan otras 400 públicas en función de la población.
No es de extrañar, teniendo en cuenta que desde que en 1993 se puso en marcha el Costa del Sol de Marbella no se ha abierto ningún hospital, a excepción del Centro de Alta Resolución (Chare) de Benalmádena, puesto en funcionamiento en 2007. Y eso a pesar de que la población se ha multiplicado en los últimos años, por lo que la necesidad de un nuevo hospital se hace imperante, según pacientes y profesionales, que cada vez ven más lejano el prometido macrohospital o en su defecto un tercero en la capital, o los chares de Mijas y Estepona, además de los cuatro años de retraso del construido en el Guadalhorce.
Mientras pasa el tiempo sin que se avance en esta materia, la saturación hospitalaria deja imágenes tercermundistas de camillas en pasillos o de enfermos esperando durante horas en urgencias su ingreso.
Aunque encuestas realizadas por la Junta concluyen que los ciudadanos están satisfechos con el sistema público de salud en Málaga, que cuenta con una dotación de equipos de alta tecnología superior a la media andaluza según Ciedes, los profesionales advierten de que la presión asistencial que sufre el personal sanitario acabará pasando factura a la calidad del servicio. Para este colectivo los recortes no son desconocidos. El presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque, explica que, además del ajuste salarial, desde hace años se ha ido reduciendo progresivamente la sustitución de facultativos, y lo mismo ocurre en enfermería, donde desde el verano apenas se cubren bajas y jubilaciones, según denuncia el presidente del sindicato Satse en Málaga, Eugenio Pérez, que cifra en 1.000 los enfermeros que necesitaría la provincia para atender a la población.
La precariedad laboral hace que numerosos profesionales malagueños decidan hacer las maletas e irse al extranjero al tiempo que se da la paradoja de que aumenta el número de doctores foráneos. A esto se suma la falta de especialistas en determinadas áreas como pediatría. Parece que a la sanidad y la educación les espera un vuelco de 180 grados.
http://www.diariosur.es/v/20120415/malaga/sanidad-educacion-estan-limite-20120415.html
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