La única razón para esta brutal agresión fue el ser identificados como jóvenes de izquierdas. Esta tremenda agresión no ha sido un hecho aislado en esta edición de la Feria. El pasado martes 18 elementos fascistas continuaron amenazando de muerte a jóvenes de izquierdas dentro del Recinto Ferial.
Lo cierto es que no es la primera vez que ocurren hechos de este tipo en la Feria, ya que en los últimos años varias casetas de la zona familiar y la zona de la juventud han sufrido ataques fascistas y también varios jóvenes han sufrido agresiones graves por parte de estos grupos. En este tiempo han atacado numerosas casetas de organizaciones de izquierdas, a inmigrantes, y en al menos una ocasión han agredido a jóvenes con puños americanos.
En un momento como el que vivimos, con una fuerte crisis del capitalismo, los ataques a la clase trabajadora se están haciendo cada vez más feroces. Los empresarios quieren hacer pagar a los trabajadores la factura de la situación económica a la que el capitalismo nos ha llevado. Su objetivo es atacar nuestras condiciones laborales y de vida hasta el extremo, “flexibilizando” el mercado laboral, abaratando el despido, bajando nuestros salarios, alargando nuestras jornadas de trabajo…, todo para mantener sus beneficios sin importarles las calamidades que las familias obreras estamos sufriendo. La situación que vivimos en Málaga, en sectores como la construcción o la hostelería, en los que los Expedientes de Regulación de Empleo y las amenazas de despido están a la orden del día, es una buena muestra de ello. La burguesía sabe que los jóvenes y los trabajadores responderemos a estos ataques y en previsión de esto ya están fortaleciendo el aparato represivo del Estado: se recortan los derechos democráticos, se meten penas de cárcel y fuertes multas a los trabajadores que participan en piquetes o manifestaciones como en la reciente lucha del sector del metal en Vigo o se criminaliza y reprime a la juventud como pasó en Barcelona durante este curso. Mientras esto pasa se trata a las bandas fascistas con guante blanco para que impunemente hagan su trabajo de atacar a las organizaciones de izquierda, destrozar sus locales o agredir salvajemente a sus militantes.
La agresión del sábado pasado no es más que una demostración de todo esto: la burguesía no está interesada en que los jóvenes y los trabajadores nos organicemos políticamente y luchemos contra todos los ataques que nos tienen preparados para el próximo período. Por eso utilizan a las bandas fascistas como medida para amedrentar a la clase obrera y evitar que la situación se les vaya de las manos. Los fascistas siempre han jugado ese papel en la historia: haciendo de chivatos y tratando de intimidar a jóvenes y trabajadores en los tajos, fábricas y centros de estudio y así evitar que la clase obrera defienda sus derechos y condiciones de vida.
Esta agresión no es sólo un ataque a un grupo de jóvenes de izquierdas, sino que significa un ataque a todas las organizaciones y casetas de izquierdas, y a todos los jóvenes y trabajadores. Ante esta situación debemos responder de manera contundente denunciando a estos fascistas, explicando el papel reaccionario que juegan en la sociedad y aislándoles socialmente para evitar que continúen realizando sus acciones criminales.
Durante años el Ayuntamiento y la policía han sido conscientes de esta situación, pero la falta de medidas tomadas por estos dos organismos han llevado a que estas agresiones continúen. Para agravar esta situación, en esta edición de la Feria se han llevado a cabo cambios en la estructuración de las casetas de la zona de la juventud por orden directa del Ayuntamiento, que generan más inseguridad y dificultades: que las casetas tengan que estar obligatoriamente abiertas y sin puertas, o que la construcción de las fachadas haya corrido a cargo de las propias casetas y no por parte de los servicios operativos del Ayuntamiento son cuestiones sumamente serias que repercuten negativamente de manera muy importante en la seguridad de la Feria. Nos parece una irresponsabilidad por parte de este Ayuntamiento el haber llevado a cabo estas órdenes, que no se hayan puesto los medios para terminar con las agresiones de los grupos fascistas en la Feria y que ahora tengamos que padecer esta situación como consecuencia. Es un escándalo que el Ayuntamiento del PP intente año tras año cerrar las casetas de las organizaciones de izquierda, mientras que los grupos fascistas gozan de total impunidad para seguir actuando. Esto no nos puede extrañar, ya que la actitud del PP en todos los sitios es la misma, con sus declaraciones de extrema derecha, negándose a condenar el franquismo (como ha hecho Mayor Oreja, entre otros, en repetidas ocasiones) justificando en la práctica la dictadura franquista, entre otras aberraciones, se genera el caldo de cultivo en el que se dan estas agresiones fascistas. Ellos también son responsables de crear el ambiente con el que esta gentuza se crece y se organiza.
Es por todo esto que no podemos confiar en la justicia ni en la policía para combatir estas agresiones. La prueba de la práctica nos enseña que sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas, las de la inmensa mayoría de la sociedad: la clase trabajadora y la juventud. Esto es lo que siempre hemos defendido desde el Sindicato de Estudiantes. Para combatir al fascismo es necesario la movilización masiva de los trabajadores y la juventud, señalarles, explicar qué son y qué intereses representan, aislarles en los barrios y ciudades; y en definitiva, luchar contra el capitalismo, que es quien los crea y sostiene para seguir oprimiendo a los trabajadores. Los métodos de la revancha individual o la violencia de pequeños grupos no solucionan el problema. Más bien sirven para darle excusas a los medios de comunicación y a los reaccionarios para que sigan mintiendo y manipulando, intentando hacer pasar el problema del fascismo como peleas de bandas rivales, los fascistas y los “antisistema”, ambas igual de malas y violentas.
Los métodos que defendemos desde el Sindicato de Estudiantes son la movilización de masas y la unidad del movimiento, uniendo la lucha contra el fascismo a las reivindicaciones en defensa de nuestras condiciones de vida, en defensa de los servicios públicos y por que la crisis no la paguemos los trabajadores, sino que la paguen sus responsables: los capitalistas.
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