martes, 10 de septiembre de 2013

La presión fiscal crece un 23,3% en la provincia desde el inicio de la crisis

Sólo 18 municipios han reducido la recaudación de impuestos directos y tasas municipales respecto a 2008 – Los habitantes de Benahavís, Casares, Atajate y Manilva aportan entre 1.500 y 2.200 euros al año en impuestos al ayuntamiento
Los ayuntamientos de Málaga encuentran pocas recetas viables ante el ahogo económico al que se ven sometidos desde el inicio de la crisis. La pérdida de convenios urbanísticos, la reducción de las aportaciones del Estado, la acumulación de deudas a proveedores y los costes laborales se han juntado en una tormenta perfecta contra las arcas municipales. La primera reacción adoptada en la mayoría de los municipios ha sido aumentar la presión fiscal, con idea de captar recursos mediante impuestos directos (IBI, IAE, IVTM, entre otros) y tasas por los servicios municipales. Este apretar las tuercas se ha traducido en un incremento del 23,3% de la recaudación entre 2008 y 2012, pese a que el paro y los recortes han hundido la capacidad económica de muchas familias.

 


La paradoja de esta crisis es que justo en el momento en que la sociedad se encuentra más exhausta, las administraciones se han convertido en más exigentes en el pago de impuestos y tasas. Los ayuntamientos, situados al final de la cadena de financiación pública, han recurrido a sus únicas armas: aumentar el cobro del IBI, el IAE, el impuesto de circulación y establecer nuevas tasas –o más altas– por los servicios municipales.
Esta senda ha sido transitada por 69 municipios de la provincia, según los datos de liquidación de los presupuestos municipales de 2012 ofrecidos por el Ministerio de Hacienda. En cambio, sólo en 18 localidades se ha aflojado la presión fiscal a sus habitantes, destacando el caso de Júzcar, que ha rebajado un 60,7% su recaudación y se sitúa como el municipio de la provincia con menor presión fiscal por habitante, con sólo 184 euros anuales abonados en impuestos de media por cada vecino.

La situación de Júzcar es llamativa si se compara con el otro extremo de esta lista, allí donde se abona mayor cantidad de impuestos. Benahavís comanda desde hace años esta clasificación, fruto de un importante sector hostelero, un desarrollo urbanístico centrado en viviendas de alto nivel y un sector turístico importante. Así, en este municipio cada habitante abona al año de media 2.197 euros, cifra que sin embargo supone un importante ahorro respecto a 2008. Esto se debe a que es uno de los pocos municipios que, gracias a unas cuentas municipales saneadas, se ha permitido rebajar la presión fiscal un 22,9% respecto a 2008, cuando cada vecino pagaba de media, en impuestos y tasas municipales, unos 2.846 euros al año.
Aunque el incremento de la presión fiscal ha sido mayoritario en la provincia, éste ha sido dispar entre los municipios. Hay pueblos, especialmente algunos menores de 20.000 habitantes, donde el cambio ha sido más que evidente. Jimera de Líbar es donde el cambio de tendencia ha sido más evidente, al crecer la presión fiscal un 123% respecto a 2008, lo que le convierte en uno de los tres pueblos de la provincia, junto a Valle de Abdalajís (117%) y Arenas (104%), donde la recaudación se ha incrementado por encima del doble por una subida de las tasas e impuestos municipales.

Junto a estos tres municipios, destacan otros como Almargen, Antequera, Humilladero, El Burgo, Casarabonela, Teba, El Borge, Jubrique, Sedella y Benaoján, donde el incremento de la recaudación ha oscilado entre el 81,8% y el 61,4% respecto a 2008, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Hacienda.

Pero más allá de los porcentajes, estos aumentos tienen un efecto muy claro en el bolsillo de los malagueños. Volviendo al caso de Jimera de Líbar, por ser el más evidente, sus vecinos han pasado de hacer frente al pago de unos 313 euros de media en 2008 en impuestos municipales a los 700 euros del año 2012. En Arenas ha pasado lo mismo, al pasar de 213 a 435 euros al año por habitante en el mismo periodo, mientras que en Valle de Abdalajís se ha pasado de 120 a 261 euros.

El incremento en la recaudación a nivel provincial se ha dejado notar en la mayoría de las arcas municipales, ya que los ayuntamientos manejaron en 2012 unos 1.135 millones de euros, frente a los 920,7 millones de 2008, cuando se suponía que la crisis no había hecho su aparición en todo su esplendor y se vivía de los últimos estertores de la riqueza generada por el boom inmobiliario.

Esto, traducido a un lenguaje más ciudadano, supone que el malagueño ha pasado de pagar 491 euros por cabeza en 2008 en impuestos y tasas municipales en 2008 a pagar los 522 euros que pagó de media en 2012.

La mayor parte de este incremento de los ingresos fiscales de los ayuntamientos se sustenta en los impuestos directos y, sobre todo, en el IBI. La actualización de los coeficientes aplicados durante los últimos cinco años ha disparado el ingresos municipal. Los ajustes al alza en el IAE y el IVTM también han alimentado este flujo de financiación, que en 2012 había crecido un 30,2% respecto a 2008. 

En cambio, las tasas municipales, pese a tirar al alza, su crecimiento ha sido más modesto, aumentando alrededor del 8% los ingresos por este concepto entre 2008 y 2012.

Las buenas noticias se acumulan en los 18 municipios donde la presión fiscal se ha reducido de forma evidente en los últimos cinco años, según el Ministerio de Hacienda y a falta de otros 14 municipios sobre los que hay información incompleta que impiden analizar su evolución.

Como ya se comentó con anterioridad, Júzcar es el municipio con mayor caída de la presión fiscal, pero no el único. Moclinejo (-46%), Istán (-34,1%), Frigiliana (-32,1%) y Ojén (-31,8%) también han experimentado rebajas superiores al 30%, seguidos de cerca por Colmenar, Nerja, Benahavís, Viñuela y Árchez, que oscilan entre el 30% y el 17%.


 http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/09/08/presion-fiscal-crece-23-provincia/615206.html

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