viernes, 10 de mayo de 2013

Piden 2.200 euros de multa para los once miembros del SAT que ocuparon una sucursal bancaria en Málaga

El secretario general del sindicato, Diego Cañamero, ha apoyado a los enjuiciados en la Ciudad de la Justicia

Los once militantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores que ocuparon una sucursal de Banesto el pasado verano se enfrentan a una multa de 2.200 euros (200 euros cada uno) por una falta de coacciones.
El juicio, se ha celebrado hoy en el Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga, ha quedado visto para sentencia. En unos diez días se conocerá la multa que deberán pagar estos miembros del sindicato.
El fiscal, que ha solicitado una pena mayor que la acusación particular, entiende que los acusados debían ser condenados debido a que impidieron el normal desarrollo del trabajo de los empleados del banco. La acusación particular, ejercida por la entidad bancaria, también ha pedido que los procesados sean condenados por una falta de coacciones aunque ha pedido la pena mínima, una multa de treinta euros para cada uno de ellos.


En las puertas de la Ciudad de la Justicia se han concretado medio centenar de simpatizantes que han coreado cánticos y han apoyado a los enjuiciados. Al juicio ha asistido el secretario general del SAT, Diego Cañamero, quien ha denunciado que “los juicios solo siguen para los trabajadores” porque para otros, como la infanta Cristina “se han lavado las manos”.

Los hechos ahora juzgados se remontan al 4 de septiembre de 2012 cuando once militantes del SAT fueron detenidos por la Policía Nacional por la ocupación de una sucursal bancaria y, según los arrestados solo pretendieron simbólicamente señalar a los culpables de la situación de emergencia social que padece el pueblo andaluz.

Para ello, según han relatado en el juicio, antes de la ocupación se lo explicaron a la directora de la entidad bancaria y han asegurado que en ningún momento entorpecieron el trabajo de los empleados ni intimidaron a los clientes.

Además han subrayado que no hubo violencia física ni verbal, extremo que han ratificado los denunciantes aunque éstos mantienen que si violentaron a algunos clientes que se asustaron por la situación y que uno de los puestos de caja tuvo que cerrar al no poder desarrollar su normal funcionamiento.

 

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