martes, 29 de noviembre de 2011

La crisis hunde un 30% la contratación en Málaga

La cuota de contratos indefinidos baja del 6% y la de trabajo por horas sube del 20% al 36%

OSÉ VICENTE RODRÍGUEZ El mercado laboral malagueño permanece estancado en 2011 tras registrar, desde que empezó la crisis a finales de 2007, un descenso de hasta el 30% en el número de contrataciones que se venían realizando en Málaga. Si el año 2006 marcó un tope de 720.000 contratos firmados en la provincia, el 2010 se cerró con poco más de 520.000 mientras que el 2011, a la altura de mes de octubre, se mueve casi en los mismos niveles, sólo con un casi imperceptible descenso del 0,2%.

El sindicato CCOO, sin embargo, alerta de que este estancamiento no significa ni mucho menos que Málaga haya tocado fondo para empezar a remontar, y sí asegura, en cambio, que si se mantiene el actual modelo productivo basado en el turismo y en la construcción no se saldrá de la crisis.

Según las conclusiones del estudio La contratación en Málaga en los años 2010 y 2011, presentado ayer por el secretario provincial de CCOO, Antonio Herrera, y por el responsable de su gabinete técnico, Antonio Turmo, se constata que las dos últimas reformas laborales del Gobierno de Zapatero –el año pasado y éste mismo– han sido «un fracaso». Así, los contratos que se firman en la provincia obedecen a un perfil de «baja cualificación, alta temporalidad y gran precariedad laboral», con descensos en la contratación que pagan sobre todo los menores de 25 años, colectivo que firma un 7,6% menos de contratos que el año anterior.

Otros datos son muy esclarecedores. Por un lado, la contratación de indefinidos cae de nuevo en 2011, en este caso cerca de un 9%, y deja a la provincia con la menor cuota de fijos de su historia reciente en cuanto a los contratos firmados. Si en los años previos a la crisis los contratos indefinidos suponían por encima del 8% en el total de contrataciones, ahora no se llega al 6%. La evolución de la contratación juvenil en los últimos años es desoladora, pasando de un peso del 29% en 2003 al 18,9% del ejercicio actual. Y casi siempre con contratos de obra o servicio o eventuales.

En segundo lugar, lo único que sube en Málaga es la firma de contratos a tiempo parcial, es decir, lo que se conoce como trabajo por horas, que pasan de estar en el entorno del 20% en 2003 a representan en este 2011 el 36% del total. La duración media de esos contratos es de apenas 48,5 días, según explicó Turmo, una media que baja a los 7,9 días en el caso de las contrataciones que firman las ETT.
«Málaga ya no es capital económica de Andalucía», sentenciaron Herrera y Turmo ante el deterioro de un mercado laboral.

Críticas a los empresarios

En este punto, los sindicalistas criticaron algunas posiciones manifestadas por los representantes de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) en el foro de debate publicado el pasado domingo en La Opinión de Málaga. Herrera se refirió en concreto tanto a su deseo de mantener el actual modelo económico –perfeccionándolo pero sin renunciar a él– y por otro el de solicitar una reforma laboral donde se reduzcan las modalidades de contratos (de las 42 actuales a sólo 5 o 6 básicas) y se rebajen las cotizaciones sociales que se pagan a la Seguridad Social para hacer más barato el contratar.

«Ya se ha demostrado el fracaso y el agotamiento de este modelo basado sólo en la construcción y el turismo. Hay que potenciar la I+D+i y el tejido industrial, que es el que más contratación indefinida y valor añadido aporta», apuntó Herrera.

En cuanto a las modalidades de contrato, afirmó que los empresarios lo que desean en realidad es implantar un «contrato único» donde la indemnización por despido sea de 20 días por año trabajado. Herrera también criticó que los empresarios reclamen pagar menos cotizaciones sociales por sus trabajadores porque supondría, en su opinión, menos ingresos para financiar los servicios públicos.

Por sectores, los contratos en servicios representaron de enero a octubre de 2011 un 71,1% del total, frente al 12,7% de la agricultura, el 11,4% de la construcción y sólo el 4,1% de la industria.

Asimismo, dentro del sector servicios, y por actividades empresariales, la hostelería, las administrativas y de servicios auxiliares y el comercio representan el 60,4% del total. «Que estas tres actividades sean las que sostienen gran parte de la contratación en la provincia no es para tirar cohetes», opinó Turmo, que lamentó de nuevo que la industria sea en Málaga «un sector que cuenta poco en la provincia; casi insignificante».

Cualificación baja y alta rotación

El perfil de baja cualificación laboral del mercado malagueño se demuestra en que las ocupaciones elementales como peones, mozos y limpiadoras concentraron, junto con los servicios el 63% de la contratación de enero a octubre de este año, unos datos que «tampoco son para tirar cohetes».

Peones agrícolas, personal de limpieza, camareros, vendedores en tiendas, albañiles, trabajadores cualificados en actividades agrícolas, cocineros, peones del transporte de mercancías, de la construcción y descargadores concentraron ya en 2010 el 57% de los 526.532 contratos.
El informe también destaca la altísima rotación de trabajadores por el mismo puesto, lo que lleva a dinámicas perversas en el que un solo trabajador se ve obligado a firmar decenas de contratos en un solo año. En concreto, Turmo recordó que el año pasado 18.000 malagueños firmaron 170.000 contratos, un tercio del total registrado en la provincia. La palma se la llevan los 1.824 malagueños que se vieron abocados a firmar una media real de 29 contratos al año.

Por último, CCOO destaca que la mayoría de los contratos son para personas que sólo tienen hasta Secundaria y recordó a otro colectivo muy afectado: el de los extranjeros, sobre todo con perfil inmigrante extracomunitario, cuyas contrataciones caen un 13,2 por ciento.

http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2011/11/29/crisis-hunde-30-contratacion-malaga/467095.html

1 comentario:

  1. Nunca fue "la capital economica de Andalucía". Se trataba de un mero ardid político para pinchar al vecino y explotar el victimismo y el agravio comparativo. Y todo quisque picó el anzuelo (so pena de convertirse en antipatriota y antimalagueño). Un velo.

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