El salario medio cae, las familias pagan una media de 164 euros más de IRPF y los funcionarios han perdido el 21% de su sueldo en dos años
Con una tasa de paro superior al 30%, sueldos congelados o
recortados, una contracción económica que dura ya más de cuatro años,
unos precios que no dejan de subir y el grifo del crédito cerrado, es
fácil imaginar que la clase media atraviesa graves apuros en Málaga. De
hecho, las estadísticas alertan de que este colectivo, considerado el
pilar fundamental de una sociedad desarrollada, se está viendo mermado
al verse expulsados muchos de sus miembros hacia el escalón inferior de
la pirámide socioeconómica. Algunos datos que dan idea de lo que ocurre:
el 22% de la población malagueña vive ya por debajo del umbral de la
pobreza, más de la mitad de los trabajadores de la provincia cobran
menos de mil euros al mes y el salario medio encadena dos años de caída
consecutiva, estando situado en 16.199 euros brutos anuales (3.000 euros
menos de la media española).
Pero la puntilla en este proceso de empobrecimiento de la
clase media la están poniendo las políticas de ajuste. La combinación
de recortes en gasto público y subidas de impuestos se está cebando con
el ciudadano de a pie: ése que cobra un sueldo o una pensión que no
puede esconder a Hacienda (a diferencia de las grandes fortunas); cuyos
ingresos le dan para consumir pero no para ahorrar (con lo que no puede
compensar la inflación) y que hace uso de los servicios públicos (que
ahora se encarecen).
«La clase media es la que ha soportado de forma más
intensa, cuantitativa y cualitativamente, la factura de la crisis»,
afirma el secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda
(Gestha), José María Mollinedo. Y es que casi todas las medidas
adoptadas por los gobiernos central y andaluz para sanear las cuentas
inciden en las economías domésticas: subidas de impuestos directos (IRPF
e IBI) e indirectos (IVA e hidrocarburos), recorte de sueldos de
funcionarios, congelación de las pensiones, aumento de las tasas
universitarias, reforma laboral y copago de medicamentos. «El aumento de
la presión fiscal está afectando más a la clase media. Además, hay una
clara penalización del funcionariado, que se encuadra en sus filas»,
resume el profesor Antonio García Lizana, del departamento de Política
Económica de la Universidad de Málaga.
Así, la subida del IRPF decretada por Mariano Rajoy para
2012 y 2013 obligará a los asalariados que se mueven en el entorno del
mileurismo, es decir, aquellos que ganan hasta 17.700 euros brutos
anuales, a pagar a Hacienda unos 23 euros más al año, mientras que
quienes superen esa cantidad pero no lleguen a 33.000 euros deberán
desembolsar unos 165 euros más. Estos dos tramos de ingresos, unidos al
de los que no alcancen los 53.400 euros -cuyo gravamen extra rondará los
490 euros- aportarán en conjunto unos 2.065 millones de euros anuales,
lo que supone más de la mitad de los 4.111 millones de euros que el
Ejecutivo prevé recaudar gracias a esta subida temporal del IRPF.
En cambio, el aumento del tramo autonómico de dicho
impuesto anunciado por la Junta de Andalucía -que se aplicará al
ejercicio 2013- solo afectará a las rentas superiores a 60.000 euros.
También está dirigido a los ciudadanos más pudientes el incremento de la
tarifa que aplica el Gobierno andaluz al Impuesto del Patrimonio. No
así el impuesto conocido como 'céntimo sanitario' que se aplica a la
venta de combustible. Esta tasa se va a multiplicar por dos, hasta
llegar a los 4,8 céntimos por litro. Teniendo en cuenta un consumo medio
de siete litros de gasolina cada 100 kilómetros, un recorrido anual de
15.000 kilómetros supondrá para cada conductor un gasto extra de 50,4
euros. Un recargo que agrava la escalada del precio de los combustibles,
como lo hizo la subida del IVA de 2010 con la cesta de la compra en
general.
El salario real cae
Y es que la inflación, pese a estar moderada desde que
empezó la crisis, también ha contribuido a menoscabar el poder
adquisitivo de la clase media. Entre 2007 y 2010 el sueldo medio
malagueño creció un 3,5% al pasar de 15.647 a 16.199 euros brutos
anuales (según datos de la Agencia Tributaria), pero los precios
aumentaron en mayor proporción, provocando una pérdida de salario real
del 1,9%. En 2009 y 2010 esta tendencia se ha acelerado, ya que la
nómina media cayó por primera vez en términos nominales. La probable
nueva subida del IVA (que el Gobierno preveía para 2013 pero podría
adelantarse) será un nuevo golpe al bolsillo de las familias.
Si hay un colectivo que ha sufrido de forma intensa la
caída del poder adquisitivo es el de los funcionarios. Hasta un 21% de
su salario real han perdido a causa de las dos rebajas salariales que
han sufrido , así como de la subida del IRPF y los recortes del actual
Ejecutivo. Entre 700 y 3.200 euros dejarán de cobrar este año los
funcionarios autonómicos por la reducción de las pagas extras. Para los
interinos y el personal laboral será peor: se les recortará un 15% de su
jornada laboral y de su sueldo. «Condenamos este recorte porque una vez
más, el peso de la crisis y de la ineptitud de nuestros políticos cae
sobre los funcionarios», afirma Joaquín Pérez, presidente provincial del
sindicato CSI-F. Antonio Muñoz, administrativo en la UMA, añade: «Con
una nómina media de 1.200 euros, muchos compañeros ya lo pasan mal para
llegar a fin de mes, y ahora nos quitan el equivalente a una paga. Pero
lo peor no es eso, ni que además tengamos que trabajar dos horas y media
más a la semana. Lo peor es ver que siempre nos toca a los mismos
mientras no se recortan los sueldos y privilegios de la clase política,
ni los miles de cargos puestos a a dedo en las empresas públicas».
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