viernes, 26 de agosto de 2011

Los malagueños, los andaluces que más piden por escrito una muerte digna

Más de 5.600 personas se han inscrito en el registro de voluntades anticipadas desde que se pusiera en marcha hace siete años

No es fácil. Cuando llega el momento, los familiares se encuentran entre la espada y la pared. Padre, hermano, abuelo, tío... Cualquiera puede verse en una situación de gravedad que le impida manifestar cómo quiere ser atendido. O no. Para eso está el Registro de Voluntades Anticipadas, que permite redactar un testamento vital para tener una muerte digna. Es lo que hizo Ramona Estévez. El pasado mes de julio sufrió un infarto cerebral que la mantenía en estado irreversible. Pese a haber expresado su deseo de no recibir tratamientos que prolongaran artificialmente su vida, tuvo que intervenir la Junta de Andalucía para que el centro de Huelva en el que estaba ingresada le retirase la sonda nasogástrica con la que trataban de alimentarla contra su voluntad.

Cualquier personal sanitario -tanto del sistema público como privado- puede tener acceso a ese testamento vital con el que 5.652 personas han dejado constancia en Málaga sobre cómo quieren morir, es decir, sobre las actuaciones sanitarias que desean recibir en caso de que, llegado el momento y como consecuencia de un alto grado de deterioro físico y mental, no puedan decidir por sí mismos respecto a la posibilidad de prolongar su vida de forma artificial o los tratamientos y cuidados médicos que se les aplicarían.

Respecto al resto de Andalucía, Málaga es la provincia en la que mayor número de inscripciones se han realizado desde que el registro se pusiera en marcha hace siete años. Desde entonces y hasta el pasado mes de mayo -último dato disponible-, un total de 21.312 andaluces han ejercido este derecho (a razón de 2.352 nuevos registros en el último año), según informó ayer la Consejería de Salud. De ellos, 1.523 corresponden a Almería, 2.743 a Cádiz, 1.711 a Córdoba, 3.395 a Granada, 805 a Huelva, 1.152 a Jaén, y a 4.311 a Sevilla, además de los 5.652 de Málaga.
Una tendencia que se ha venido manteniendo en todo este tiempo, explicaba ayer a este periódico la secretaria general de la Delegación de Salud en Málaga, María Dolores González.

Como puntualizaba, en un principio, las inscripciones se vieron empujadas al alza por el peso de los extranjeros en la provincia. «Las voluntades vitales existen en otros países desde hace muchos años», argumenta González, que no obstante ahora advierte de un estancamiento de la población extranjera en favor de la malagueña. De hecho, asegura que la agenda suele estar llena a diario: «El registro en Málaga nunca ha parado desde que comenzamos. Siempre ha habido interés».

Tras una mala experiencia

Aunque, como matiza la responsable malagueña, una de las motivaciones más frecuentes para redactar el testamento vital es haber padecido de cerca la enfermedad terminal de algún allegado. «Por desgracia, ahora muchas personas están viviendo experiencias muy dolorosas y son las primeras que vienen a hacer su registro para que no les ocurra lo mismo y no vean sufrir a sus familiares», constata.

Ante todo, María Dolores González recomienda meditar bien la decisión: «Es algo lo suficientemente importante y serio como para reflexionarlo». Tanto en la Delegación de Salud como en todos los centros sanitarios públicos se puede encontrar el formulario. También en la página web del Servicio Andaluz de Salud (www.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud) se puede acceder a toda la información y a un enlace a la Oficina Virtual del Sistema Sanitario Público de Andalucía, donde está asimismo disponible el documento. Una vez tomada una determinación, lo siguiente será llamar a 'Salud responde' (902 505 060) para pedir cita.

En Málaga, el lugar al que hay que dirigirse para firmar la declaración es la sede de la Delegación de Salud, en la calle Córdoba. Aunque, según González, la idea es habilitar otros puntos de referencia en la provincia. Eso sí, habrá que ir personalmente para que el funcionario «dé fe de que el interesado tiene capacidad para manifestar esa voluntad y que lo hace libremente». No obstante, si un médico certifica que éste no puede desplazarse, es posible realizarlo en la propia casa o en el hospital. Una vez firmado, queda ya registrado. Aunque hay vuelta atrás. Es posible modificarlo siempre que se quiera.



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