La Iglesia pierde atractivo como escenario para jurarse amor eterno. Si hace décadas contraer matrimonio por lo civil era una alternativa minoritaria, e incluso mal vista en muchos círculos sociales, a día de hoy se afianza como una opción que no solo multiplica adeptos sino que, además, ha conseguido ganarle el pulso a las tradicionales ceremonias religiosas. Las cifras son elocuentes. Según las tablas del Instituto Nacional de Estadística, durante el primer semestre de 2010 -último dato publicado- las parejas malagueñas que entonaron el 'si quiero' en un juzgado o ayuntamiento duplicaron con creces a las que se casaron 'como Dios manda'. Así, frente a las 850 que pasaron por vicaría, hubo 1.769 que recurrieron a la vía laica. Nada menos que el 67% del total.
Crecimiento vertiginoso
Como revelan las estadísticas, en el último lustro el avance de las bodas civiles ha sido espectacular. Un simple vistazo a las series históricas del Ine evidencia la dimensión de esta evolución. Hasta el año 2000, los matrimonios que sellaban su amor fuera de la Iglesia apenas suponían una cuarta parte de los celebrados en Málaga. Sin embargo, en 2001 esta proporción comenzó a crecer a ritmos vertiginosos hasta llegar a representar en 2006 cuatro de cada diez nuevos enlaces. Esto es, el 41,7% de las 7.643 bodas registradas por entonces en la provincia.
Y aquello era solo el principio. La tendencia ha ido acentuándose en el último lustro hasta que, finalmente, en 2009 se produjo el vuelco y, por primera vez en la historia de la provincia, las ceremonias civiles superaron en número a las católicas. Lejos de quedarse en una anécdota, esta corriente avanzó a pasos de gigante durante la primera mitad del pasado 2010.
Las ceremonias religiosas, por contra, han seguido una senda bien distinta. El número de parejas malagueñas que se intercambian los anillos en una parroquia se ha mantenido estancado en la última década, con una clara tendencia a la baja. De este modo, entre 1996 y 2006 la cifra apenas se movió de 4.409 a 4.406. En 2008, los matrimonios católicos disminuyeron hasta los 3.595, un resultado que volvió a caer en 2009 hasta situarse en las 2.650 nupcias. Y suma y sigue, porque a falta de disponer del balance completo de 2010, los datos difundidos correspondientes al primer semestre (cuando solo fueron 850 las que se dieron el sí en vicaría) anuncian un nuevo descalabro.
A los funcionarios del Registro Civil de la capital, los resultados no les pillan por sorpresa. Desde hace años, dicen, asisten a un «constante incremento» del volumen de expedientes, hecho que atribuyen al hecho de que la sociedad sea «cada vez más laica», destaca una empleada de este organismo.
Luis Ayuso, sociólogo de la Universidad de Málaga especializado en el ámbito familiar, coincide con esta argumentación. A su juicio, la «creciente secularización» de la sociedad, que afecta sobre todo a las nuevas generaciones, es uno de los principales factores que explican el mal momento que atraviesa el rito católico en la provincia. «Los jóvenes cada vez son más reticentes a casarse por la Iglesia. El porcentaje de no creyentes va a más mientras que otros muchos viven la religión a la carta, lo que está generando un gran descenso de estas bodas», destaca. Un estudio reciente realizado por la Fundación Santa María indica al respecto que mientras que hace una década los jóvenes que se consideraban católicos eran el 77%, en 2010, por primera vez en la historia, este ratio no llegó al 50%.
El factor económico influye
Pero la crisis por la que pasa la fe no es el único ingrediente. Ayuso pone sobre la mesa otro más prosaico: el económico. «Las ceremonias religiosas llevan aparejadas una mayor parafernalia, son más ostentosas y, por norma, más caras. Sin embargo, las civiles se siguen considerando en el ideario colectivo como de segunda clase y suelen ser más modestas, más íntimas y con menos invitados. De ahí que muchas parejas con menor presupuesto recurran a esta alternativa», sostiene.
Y hay otra tercera pata social: el incremento de matrimonios de gays y lesbianas así como el aumento de divorcios y, por ende, de segundas nupcias también desequilibran la balanza a favor de las bodas civiles, ya que la Iglesia les cierra sus puertas.
A nivel andaluz, Málaga destaca como la provincia con más uniones laicas. Sevilla es, por contra, la que registra más enlaces tradicionales, con 1.614 en 2009. A tenor de los datos del INE, una de cada tres bodas celebradas en Málaga cuenta entre los cónyuges con al menos un foráneo. En el primer semestre de 2010, los matrimonios aumentaron un 13,3% en la provincia, con 312 más.
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