La Audiencia impone nueve años de cárcel a un exinspector de la Udyco por simular, además, una operación antidroga y dejar libre a un confidente
La Audiencia de Málaga ha decidido condenar a los dos
exjefes policiales de la Udyco que fueron juzgados la pasada primavera
por adueñarse de objetos intervenidos en los registros, así como simular
operaciones antidroga, realizar investigaciones privadas utilizando
recursos de la policía, además de liberar a un traficante para
utilizarlo de confidente.
La sentencia impone al exinspector jefe de Marbella
Carlos F. nueve años de prisión, además de treinta de inhabilitación. Al
segundo policía, el exinspector jefe de la Udyco Costa del Sol, José
Alfredo M., le condena a seis meses de cárcel y dos años y medio de
suspensión de empleo y cargo público. El tercer acusado, el supuesto
confidente, recibe una pena de tres años de prisión.
Los hechos se remontan a 2006 cuando una investigación de
Asuntos Internos llevó a la detención de los dos exjefes policiales por
presuntas irregularidades en el desarrollo de su trabajo.
Ahora la sentencia considera probado que Carlos F. se
adueñó del reloj, valorado en 20.000 euros, que había perdido un
presunto traficante en un forcejeo durante su detención. El entonces
inspector negó la existencia del reloj, aunque luego, ante la
reclamación del abogado del arrestado, lo devolvió informando de que lo
encontró en el registro de un coche.
Además, Carlos F. no cumplió la orden de captura que
pesaba sobre un presunto traficante, el también condenado Ottone I., y
le dejó libre para utilizarlo como su confidente. El tribunal considera
que no ha quedado probado que su superior, José Alfredo M., autorizase
la libertad de aquel.
La Audiencia de Málaga condena también a Carlos F. por
provocar una supuesta operación antidroga en colaboración con Ottone I.,
quien le sirvió de contacto con los traficantes. El policía dio orden
de detener a los compradores, mientras que su confidente se marchaba con
una bolsa con el dinero. El agente montó una falsa persecución y aunque
se desconoce, según la sentencia, la cifra exacta que los compradores
entregaron, la resolución añade que no fue inferior a 6.000 euros.
Carlos F. redactó el atestado policial silenciando la participación de
Ottone I. como señuelo para engañar a los traficantes.
Además se condena a este policía por adueñarse de un
maletín de marca, valorado en 1.200 euros, intervenido en otra operación
policial. Igualmente permitió que José Alfredo M. se llevara a su casa
un televisor intervenido por funcionarios de la Udyco durante el
registro de una vivienda en Marbella. El tribunal considera que se trata
de un delito de malversación de efectos públicos por el que se condena
al exinspector jefe, quien con el pretexto de que el aparato estorbaba
en la Comisaría, se lo llevó a su domicilio para destinarlo a su uso y
disfrute particular. El policía tuvo el televisor un mes y medio en su
casa y lo devolvió cuando el juzgado ordenó restituirlo a su propietaria
tras la reclamación de su abogada, aunque, según el tribunal, la
voluntad de José Alfredo M. «era utilizarlo todo el tiempo que pudiera».
A este policía se le condena también por utilizar recursos públicos
materiales y personales (funcionarios de policías) para realizar una
investigación de naturaleza privada para unos amigos rusos, consistente
en vigilancias. La sentencia destaca que no se sabe si el entonces
inspector jefe de la Udyco Costa del Sol obtuvo beneficio económico por
ello ni está cuantificado los gastos que generó al erario público.
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