Las cifras no paran de crecer, lo que confirma los peores pronósticos de los expertos. Los bancos se quedan ya cada día en la capital con cinco viviendas por impago de hipotecas. Los embargos han aumentado considerablemente en los dos últimos años en los que la crisis económica se ha llevado por delante miles de puestos de trabajo en Málaga. Con el incremento del paro se han multiplicado por cuatro las familias que no pueden hacer frente al pago de sus pisos.
Los datos corroboran una tendencia que empezó a dibujarse hace menos de tres años, cuando los juzgados empezaron a recibir más demandas de ejecuciones hipotecarias. A finales de 2007, cuando la recesión económica empezaba a asomar por el horizonte, los embargos de viviendas en la capital apenas sobrepasaban los 300. Si la tendencia no cambia, la cifra se situará entorno a 1.400 cuando finalice este año, lo que representa, aproximadamente, un 10% de incremento con respecto a 2009. De momento, en el primer semestre de 2010, las demandas por impagos de hipoteca presentadas por los bancos han sido 676, según datos proporcionados por el Juzgado Decano de Málaga.
La falta de postores en las subastas judiciales provoca que las viviendas sean adjudicadas a las entidades financieras. «Se trata casi siempre de inmuebles que constituyen la vivienda habitual y la media de los demandados llevaba un año pagando la hipoteca», explica Cándido Rosales, secretario del Juzgado de Primera Instancia número 8 de la capital, quien actualmente celebra unas tres subastas de inmuebles cada semana, «las mismas que tenía al cabo de un año, cuando estaba destinado en Canarias hace dos», precisa.
La Ley de Enjuiciamiento Civil da a los deudores una posibilidad para evitar la ejecución hipotecaria y no perder su casa. Así, si se trata de la vivienda habitual, es posible pagar las cuotas pendientes antes de enfrentarse a la pérdida de la casa, pero abonando los plazos, sus intereses de demora y las costas judiciales. Pero la mayoría de las veces la situación es tan complicada que las familias no disponen de medios para echar mano a esta vía y la casa acaba subastada.
Mientras tanto los bancos no perdonan y actúan cada vez con más celo. «Antes daban un poco de cuerda y esperaban a la tercera cuota impagada, incluso planteaban otras alternativas para el pago. Había entidades que ofrecían ampliar el préstamo hasta 80 años. Ya no. Al primer impago presentan la demanda en el juzgado», asegura Alfredo Martínez, delegado en Málaga de la Asociación de Usuarios de la Banca (Ausbanc). En contra de la creencia generalizada de que a las entidades crediticias no les interesa quedarse con el inmueble, el representante de Ausbanc aclara que «a los bancos les resulta mucho más rentable ejecutar, porque así se quedan con la vivienda y se les sigue debiendo dinero, que facilitar una opción de pago al afectado». Martínez afirma además que en estos procesos «se están aprovechando para plantear condiciones leoninas fijando en ocasiones hasta en un 29% el interés de demora».
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